sábado, 1 de enero de 2011

Sinapis alba


Sinapis alba


A pesar de que su distribución es muy amplia y uniforme por toda la Península Ibérica, resulta bastante desconocida.

La mostaza blanca (Sinapis alba) es una planta anual de la familia de las Crucíferas con unas dimensiones que varían entre los treinta y los setenta centímetros de altura; su tallo es recto y erguido, recorrido como el resto de la planta por unos pelillos cortos pero consistentes, lo que le da apariencia de planta áspera. A veces se la conoce como Brassica alba, Brassica hirta o mostaza amarilla. Se la cultiva comercialmente por sus semillas de mostaza en prácticamente todo el mundo, siendo sin embargo originaria probablemente de la región mediterránea. Las flores amarillas de la planta producen un tipo de vainas (silicuas) vellosas que contienen las semillas, en las que encontraremos aproximadamente media docena de semillas por vaina. La cosecha de la semilla de la mostaza se hace justo antes de que dichas vainas maduren del todo y se abran. Las semillas de esta especie de mostaza son redondas y de consistencia dura, de en torno al milímetro o 2 mm. de diámetro, y con un color que puede ir del beige o el amarillo al marrón claro.

Las semillas de la mostaza blanca contienen sales minerales, mucílago (20%), aceite (30%) y prótidos (25%), esta presente la sinapina y mirosinasa. El principio activo es el sinalbósido, glucosinolato que se descompone por la mirosinasa en glucosa, sulfato ácido de sinapina y el isotiocianato de p-hidroxibencilo volátil.
Las semillas son laxantes por su mucílago. Sobre todo se trata de un condimento presente en la mesa, que a pequeñas dosis es estimulante de la digestión
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